jueves, 4 de marzo de 2010

Un policía va a juicio por el fusilamiento de una nena de 15 años


Un tribunal oral de San Isidro juzgará a partir del 16 de marzo próximo al oficial de la Bonaerense Cristian González por el asesinato de Romina Lemos , de 15 años.

El 16 de Marzo haremos presencia y convocamos a asistir frente a los tribunales de San Isidro en calle Ituzaingó 340 (esquina Acassusso), San Isidro - a 3 cuadras de la estacíon del FFCC Mitre, para exigir justicia para Romina.

Contactos de Prensa:
- Valeria Mustoni: 153- 635- 7322
- Vanesa del Bustio: 156- 305- 9685

El 30 de abril de 2006, Romina fue a bailar a un boliche de Talar de Pacheco. A la salida, dos chicos le ofrecieron llevarla a su casa en auto.

Lugo de andar unas pocas cuadras, el auto empezó a ser perseguido por dos patrulleros de la comisaría 5ª de Talar y una camioneta de la comisaría de Los Troncos desde donde González efectuó el disparo que le dio a Romina en la espalda, con la pistola ametralladora UZI 9 mm. Vale decir que dispararon cuando el auto ya paraba, su conductor había saltado y escapaba a pie, el pibe del asiento de atrás se acurrucaba para no ser herido y Romina estaba con la cabeza entre las piernas, hecha un bollito, intentando cubrirse de las balas. La trayectoria del disparo muestra que estaba agachada. El auto recibió 7 disparos de 9 mm (armas de puño y Uzi) y dos escopetazos con postas de goma. No hay una sola prueba de que se disparara desde el auto hacia los policías.

Después del choque, uno de los chicos fue detenido y el otro escapó. Romina, en cambio, fue sacada del auto muerta, con una bala policial en su espalda, disparada por Cristian González.

Los Lemos se enteraron del asesinato de Romina 12 horas después de ocurrido. Cuando los padres de la chica fueron a la comisaría 5ª para reconocer el cuerpo, algunos bonaerenses dieron vueltas para demorar el procedimiento. Finalmente, los familiares fueron llevados a la morgue por policías que les dijeron que se movieran para buscar justicia porque Romina no había muerto en un enfrentamiento, como aseguraba la versión oficial, sino que había sido fusilada.

Cuando los padres comenzaron a movilizarse, el jefe de la Unidad Regional Tigre, de apellido Rodríguez, se presentó en su casa para ofrecerles “lo que les hiciera falta”.

El chico que había sido detenido por resistencia a la autoridad fue sobreseído. Pero al poco tiempo volvió a caer en la cárcel, donde murió.

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